Ya no hay más lluvia, el sonido
lejano de la guitarra es más nítido ahora, quien fuera ese que canta allá,
estoy buscándote en medio de este día gris, las nubes plateadas y obscuras me
desgarran y la humanidad no hace parte de mi recuerdo cercano. Por estas horas
la vida es tan solo una huella, una cobija de retazos, de dolores, de angustias y de risas. Este no es el tiempo
de reincorporarse a dar la batalla. Mis manos congeladas matarían esquimales
con solo unas caricias.
Ella, mientras tanto, dibujando
los astros de alguna nueva vía láctea en el techo, sacando la ropa una y mil
veces del armario para organizarla, maldiciendo, como un vampiro, la primera
luz del día. Hoy, como de costumbre, ella sigue mordiendo su lengua como si
fuese un chicle, con la mirada enganchada en algún rincón de la habitación
mientras analiza, en el laberinto borgiano, tantas cosas que la realidad se termina
deformando en un mosaico de pequeñas vidas paralelas.
El río también parece detenido,
congelado y yerto, y los chicos que pasan en sus bicicletas como flechas a mi
lado me resultan figuras confusas y psicodélicas. Una bulla destemplada y
chillona sale de un altavoz anunciando un número de alguna lotería. Compulsivamente
reviso mis bolsillos en busca del billete ganador pero solo me encuentro que
estoy algo más sólo de lo que suponía. Enciendo mi reproductor de música en
busca de romper el muro que ella me impone. Ajusto mis audífonos nerviosamente
y lo primero que sale es Celeste Carballo cantando Un viejo Blues: “pero aquí
estoy tan sólo en la vida que mejor me
voy”, el piano se empina delirante compitiendo con su voz que retumba casi
desgarrada con: “no sé porque me imagine
que estábamos unidos y me sentí mejor”. Y me pregunto: ¿por qué diablos
sale esta canción de entre 1356 que tengo en la memoria?
Miro una bandada de pericos
verdes en viaje a sus refugios mientras me suda la frente y detrás del cuello,
y de inmediato doy click para avanzar y la música resulta más relajante: “…
Donde quiera que estés te gustará saber que por flaca que fuese la vereda no
malvendí tu pañuelo de seda por un trozo de pan y que jamás, por más cansado
que estuviese abandone tu recuerdo a la orilla del camino y por fría que fuera
mi noche triste no eche al fuego ni uno solo de los besos que me diste…”
Agradezco tener al maestro Serrat siempre listo para salvarme de entre mis más
lamentables estados de ánimo.
Abarrada Mompox - www.fotopaises.com |
Los arboles aun humedecidos por
la lluvia pasada reciben ahora a iguanas y ardillas que se pasean por sus ramas
y yo siento que quiero café, un café doble para seguir contemplando el nuevo
panorama, me acerco a una de las mesas y hago mi pedido. El mesero me trae el
periódico del día y con una sonrisa socarrona me señala un pequeño titular en
el extremo superior derecho de la primera página: “El Pez muere por su boca”.
En principio solo agradezco y sigo mirando la vida que transita entre las ramas
de los árboles de enfrente, el río que ya no me parece congelado y a una chica
de cabello rojo y vestida con ropa ceñida al cuerpo, que ensaya algún baile con
un instructor que la seduce. Vuelvo mi vista a la mesa y mi curiosidad se
despierta: “El Pez muere por su boca”- Pagina 2, Sección Vida de Hoy. Abro el
periódico y allí está la nota.
“En hechos ocurridos en Sao José do Rio Preto, municipio brasileño
ubicado en el interior del estado de São Paulo, perteneciente a la región del
mismo nombre, al noroeste de la capital del estado, una mujer que responde al
nombre de Andrea Aparecida Nacimento, agobiada por las infidelidades y quien sabía
perfectamente de la afición sexual de su marido por practicar el sexo oral,
decidió matarlo haciendo lo que tanto disfrutaba: le ofreció su vagina
impregnada de un potente veneno. En cuanto el marido se acercó a la fruta del
pecado, noto un amargo sabor diferente al de otras ocasiones en su compañía, aun
sin sospechar siquiera que la manzana estaba envenenada; la mando a lavarse sus partes, sin embargo mientras
la mujer hacia su higiene confeso su treta. El hombre se fue corriendo al
hospital Fundación Getulio Vargas, a donde llegó con parálisis en la lengua, coloración
azulacea de cara y uñas y dificultad para respirar que, a la postre,
degeneraron en un paro respiratorio y no pudieron salvarle la vida. Ahora la
susodicha ha sido acusada de homicidio y se encuentra tras las rejas a la
espera del juicio.”
Imagen www.klika.mx |
(idea tomada de http://www.soitv.com/ella-lo-mato-por-su-adiccion-al-sexo-oral/)